La leyenda del Ave Fenix relata la
historia de un ave capaz de renacer de sus propias cenizas. Es un símbolo
universal de la muerte generada por el fuego, la resurrección, la inmortalidad
y el sol.

Construyeron en su honor un templo en la ciudad de Heliópolis, considerada sitio sagrado al que esta ave regresaba cada quinientos años a morir y resurgir de sus propias cenizas.
Según Ovidio, “cuando el Fénix ve llegar su final, construye un nido especial con ramas de roble y lo rellena con canela, nardos y mirra, en lo alto de una palmera. Allí se sitúa y, entonando la más sublime de sus melodías, expira. A los 3 días, de sus propias cenizas, surge un nuevo Fénix y, cuando es lo suficientemente fuerte, lleva el nido a Heliópolis, en Egipto, y lo deposita en el Templo del Sol”. Como el nuevo Fénix acumula todo el saber obtenido desde sus orígenes, un nuevo ciclo de inspiración comienza.
En la tradición cristiana El Fénix vivía en el jardín del
Eden, y fue el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol del Bien y
del Mal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, el ángel que los desterró
despidió una chispa de su espada que hizo que el nido del ave se incendiara,
junto con el pájaro, pero al ser el único ser que se negó a probar las frutas
del árbol, se le concedió el don de resurgir de sus cenizas. La inmortalidad,
el conocimiento, la capacidad curativa de sus lágrimas o su increíble fuerza
fue el premio a su fidelidad.
De esta forma el ave también representa la esperanza que
nunca debe morir en el hombre.
Sea como sea el ave representa el ciclo de muerte y
renacimiento, así que ánimo a todos, quemar lo malo y renacer como el ave fénix
con más fuerza.
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